Los rastrillos utilizados actualmente disponen de un mango que remata en un peine provisto de una serie de púas, fijas o intercambiables, que se disponen en una dirección sensiblemente perpendicular al mango; para arrancar las aceitunas del árbol los operarios peinan las ramas con el rastrillo, que debe presentar una separación entre dientes menor que el diámetro de las aceitunas.